Por: Catalina Velasco*
En el último debate presidencial Antanas Mockus habló de los trolls y Santos lo miró sorprendido. Un tema casi tan complicado como Habermas pensaría la gran mayoría de los televidentes a lo largo y ancho de país. Dijo Mockus en ese debate que se creaban nuevas cuentas de Facebook y Twitter, con identidades falsas dedicadas no solamente a hacer proselitismo a favor de los candidatos sino a intimidar a los contrarios.
Recuerdo que el 30 de Mayo, al final de la jornada de primera vuelta, Santos dándole entusiasmo a su gente agradeció a las cien personas del equipo de Internet.
El chistecito malaleche de que Mockus ganó en los departamentos de Putumayo, Twitter y Facebook evidencia que en Colombia todavía el mundo 2.0 no es la Plaza de Bolívar, ni es el sitio donde se definen contiendas electorales. Estamos lejos de vivir elecciones como las de Obama o Sarkozy donde los candidatos se jugaron a fondo en estos escenarios y vieron los resultados, pero lo que sí es claro es que en Colombia se están formulando las reglas del juego y la cultura de la ciber-participación política ciudadana.
Cuando los grandes medios de comunicación le pusieron dinamita a sus “puntocom” y le abrieron la puerta a los cibernautas para hacer comentarios, el debate político encontró una nueva dimensión. Se mide el pulso de la opinión revisando los comentarios a favor y en contra de los acontecimientos y además se ventilan allí buenos datos y argumentos. Mucha gente participa espontáneamente, cuestiona y controvierte a los columnistas y periodistas. ¿Cuál es el mayor signo de que una noticia no lo es? La ausencia de comentarios. Pero en estos espacios son ya comunes las batallas sangrientas y los mensajes ramplones dirigidos por intereses políticos evidentes que incluso hacen colapsar los sitios haciéndolos inútiles.
Hoy en día los políticos se miden por el número de visitantes en sus páginas web y por el número de seguidores en Facebook y Twitter. Los usan para informar, deliberar, dar chivas, armar polémicas, saltarse los intermediarios hablando directamente con los mortales y poniendo a los medios de comunicación a esperar un tweet antes que un comunicado oficial.
Uribe lanzó el cuentico de los tres huevos vía twitter y nos puso a buscar en el diccionario la palabra engüerar, Petro anunció su reunión con Santos por Twitter y apenas comenzamos.
¿Había algo más entretenido que twittear un debate presidencial? Y para salirnos de la parroquia, que tal la Casa Blanca haciéndole RT al Kremlin para darle la bienvenida a Twitter al Presidente Medvedev…. De locos!!! (Véanlo en el TL de @whitehouse del 23 de junio).
Pero detrás de la novedad vienen los interrogantes. Cuando uno ve twitteros que no se identifican, con cuentas recién abiertas, pocos seguidores y pocos seguidos, con cientos de tweets dirigidos especialmente a la “gente importante”, sabe que es alguien particular. Hasta ahí sólo se puede decir que es gente tímida, o apasionados por su candidato o inexpertos y desinformados… Pero lo que grave es hay otros que no bajan al prójimo de “tal por cual” y saben la manera de desprestigiar con patanerías (paraco y guerrillero, las más populares). Tengo que decir que los vi de todos los colores.
No hay sino que asomarse al TL de @piedadcordoba para saber de lo que estamos hablando. Lo que pasa es que Piedad no nació en el año del miedo como dicen en La Luciérnaga, no responde las groserías y hace un ejercicio importantísimo de información y explicación a sus seguidores, que a mi juicio le suma muchos puntos. Sin embargo, esa misma ofensiva contra las personas que no están curtidas en el arte de “al bagazo, poco caso” logra que se amilanen, se enfurezcan o se callen. Los sacan del ruedo a punta de hostigamientos.
Mockus habló de la e-democracia cuando en Colombia el acceso a internet es para privilegiados. Hay que ampliar la cobertura pero también hay que crecer en la calidad de la participación y su carácter alternativo, promoviendo y practicando la tolerancia, el respeto mutuo y la creatividad. Apenas estamos comenzando a entender cómo funciona el cuento, afortunadamente en estos días los trolls están de vacaciones y el fútbol acapara el ciberespacio. ¿Cuál es el TT de hoy?
*Economista de la Universidad de los Andes y Máster en Políticas Públicas de la Universidad de Michigan. Ex Secretaria de Planeación y Ex Secretaria de Hábitat de Bogotá.Profesora de la Maestría de Política Social de la Universidad Javeriana. Blog http://www.catalinavelasco.com/
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